“Formador, entrenador no”
A sus 58 años, Diego Guarín parece un seminarista: delgado, voz apacible y carácter en la enseñanza. Las características contrastan con su modestia para hablar de los éxitos en el voleibol intercolegiado: 12 campeonatos ganados con la Escuela Normal La Hacienda desde 1984, una medalla de oro en 1999 en Pereira, tres terceros lugares y la formación de jugadores de técnica y clase para selecciones Atlántico y Colombia. “Nunca buscamos títulos. Nos interesó formar jóvenes. Me identifico con esa filosofía. Que las experiencias del deporte también queden para la vida”.
Guarín participó en sus Juegos Nacionales Intercolegiados número 13 y es el licenciado de la CostaCcaribe con más vigencia; aunque advierte que ya no esta vinculado con la educación física de la Normal. “Estoy en labores administrativas y he pedido solo preparar las selecciones y dirigirlas en los Intercolegiados”.
Hace 24 años, Guarín comenzó un discipulado con el licenciado Gabriel Mosquera en la Normal. De la institución había sido egresado y regresó como pedagogo. “Yo era un mal jugador de voleibol siempre estuve en la banca y eso se convirtió en un reto para mí. Mosquera fue mi primer maestro y a quien le aprendí. Después, Julián ‘Pollo’ Bernhardt le aprendí y le acompañé como asistente en selecciones Atlántico”.
Bernhardt le tendió la mano para entrar en la instrucción. Cuenta Guarín que se presentó un día a comienzos de los años ochenta a uno de los entrenamientos de las selecciones Atlántico en el Centro de Cultura Física de Inde. “Don Pollo quiero ser entrenador de voleibol.Así me presenté. La risa fue total de Bernhardt porque llegué todo sumiso. Aceptó mi propuesta y me entregó unos libros para leer. Al día siguiente volví con toda la información caleteada. La orden del ‘Pollo’ fue inmediata: Ayúdeme en losentrenamientos”.
Bernhardt destaca al exalumno, pero como el maestro hecho. “Su éxito se debe a la disciplina y la constancia. Es un amigo incondicional. Trabajador del voleibol de cada minuto. Un excelente pedagogo por sus valores como siempre ayudar al jugador que lo necesita. Y es mejor amigo incondicional”.
Diego Guarín pasa por sus logros y prefiere mostrar las diferencias de enseñar en la escuela y equipos de competencia. Explica que el error está en los profesores que imponen sistemas de juego a los estudiantes. “Soy creativo y me invento mis propios sistemas a pesar de la evolución del voleibol. Nosotros tenemos que adaptar a los niños y jóvenes. Busco jugadores altos y son pesados hay que sacarle todo. Exigirle. La talla es decisiva. Soy pedagogo. No entrenador. Aunque alguna vez, Bernhardt me hayadicho que a mis equipos les falta malicia, porque algunos de mis jugadores son sumisos. Yo digo que son respetuosos, con juego limpio. Prefiero mostrar mi trabajo que obsesionarme con los trofeos o el dinero”.
La Normal bajo el pulso de Guarín siempre fue una apuesta segura en las máximas competencias y un buen termómetro para otros equipos de la ciudad.Guarín ha aceptado los cambios generacionales y el voleibol no es ajeno.“Tuve un jugador de talla alta y muy bueno que recibí instrucciones para llevarlo a selección Colombia. Cuando le comenté me dijo que no le interesaba. También he tenido jugadores como Iván Silva, Mario Suárez y Jorge Manjarrez que son difíciles de volver a tener. Lo ideal es siempre tener un equipo completo y con buena suplencia. Así ganamos en 1999. Cuando no se tiene equipos tan competitivos hay que aprovechar el talento que se posee”.
El profesor Guarín fuera de las canchas y dentro del pulmón ecológico como se le considera a la Normal La Hacienda se dedicó al estudio de las mariposas, de la cual ha quedado una colección para una investigación. El licenciado Parece estar anunciando su retiro. “Desde hace tres años he pedido ahora estoy menos dedicado a las selecciones”. También piensa en escribir un libro que ya tiene adelantado con su compañero de instrucción Fernando Arteta. Sería el legado a las nuevas generaciones, al voleibol masculino del Atlántico que analiza y define se estancó.
“Está en la formación de los licenciados. Los métodos para entrenar selecciones no puede ser el mismo para enseñar niños. Es aspecto que debe cambiar desde las capacitaciones. La formación para enseñar debe ser también una especialidad”.
El retiro de Diego Guarín se ha consumado este año con el retiro forzozo ante el rector de la institución, Germán Rivera. Una pérdida más cuando la Normal, a un año de su centenario necesita tener más cerca a maestros como Guarín y emprender una recuperación por su reserva ecológica.
Antes de su adiós se había mostrado muy cercano a mantener la pasión de la fotografía con los talentos que produce la escuela y destacar la belleza de la flora y fauna.
Foto Diego Guarín
Líbelula, alas de cristal.
Con su salida y a la espera de su pensión, la Normal busca que algún día aparezca otro formador, no un entrenador.
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